¿De qué se acuerdan? ¿Qué fueron hasta que llegaron a mí? ¿Sienten el mismo viento en el viento? ¿Escuchan esas voces? ¿Ven el campo igual al campo, ahora que los hago volver a estar donde antes estuvieron? Un cuerpo muerto no sangra nos abre las formas distintas del recuerdo, las porciones de memoria que nos vamos pasando de una mano a otra como un bizcochuelo tibio. Un cuerpo muerto no sangra, pero habla. De lo que fue antes, en la vida compartida: un tío, un hermano, un amigo, un hombre. De lo que los otros fueron mientras con él pasaron. Contando la historia de ese hombre y de ese tiempo en el que con los demás eran los días y las tardes, el amor, el trabajo, la pena, el aprendizaje, el juego, la suerte y la desgracia, Andreina D’Ambruoso Duffau narra un viaje de regreso al pueblo natal y, en ese regreso, moldea, con el barro del campo, un nuevo comienzo. Esta novela, ganadora del Premio Luis Chitarroni, con la prosa tierna y justa, delicada, de quien sabe contar y sorprenderse, ser sincero inventando, recorre esa infancia de la que no se sale nunca, rasguñando los bordes de la vida adulta, y espiando en las grietas que deja el aire quieto del pueblo la vida que fluye y cambia en los otros, para intentar decir lo que cada cuerpo guarda hasta el último suspiro: adónde nos llevan los pasos que damos, de qué estamos hechos. SANTIAGO CRAIG